Tradicionalmente, la crianza ha sido principalmente competencia de las madres, mientras que los padres se han encargado de proveer para la familia.
Pero, los tiempos están cambiando y, hoy por hoy, tanto hombres como mujeres se involucran en las labores domésticas y de crianza.
La ciencia afirma que un bebé no puede desarrollar dos lazos de apego intenso al mismo tiempo, pues el vínculo principal es su madre. Sin embargo, es a partir de ese vínculo que el bebé aprenderá a acercarse al padre y demás familiares.


Apoyo del hombre antes del parto es un factor motivante
El apoyo del padre es importante, ya antes del parto, pues disminuye la ansiedad y el miedo por dar a luz se puede mitigar. Hay estudios que describen que la presencia de la pareja, generalmente el padre, es un factor determinante para que el parto sea más llevadero para tanto para la madre como para el bebé. Esto reduce sus niveles de estrés y manifiesta una mayor satisfacción con el nacimiento de su hijo.
Apoyo del hombre durante el parto
La ausencia de la pareja durante el parto puede involucrar el uso de medicamentos fuertes para controlar los niveles de estrés que genera un parto medicalizado (la mujer llena de cables y rodeada de máquinas con luces parpadeantes). Esto genera un desgaste físico, moral y emocional para la madre que puede tener secuelas riesgosas para el bebé.
Una vez nace el bebé, la madre y el padre tienen su primer acercamiento. Luego de ese primer reconocimiento, el hombre puede tener una primera interacción piel con piel. Gracias a esta, el bebé entiende que puede confiar en su padre, pues su temperatura corporal le hará sentir confort y calma.

Lactancia: un gran proceso que el hombre apoya con otras labores (¿cómo la logra?)
No es necesario compartir la alimentación del bebé durante las primeras semanas para sentirse partícipe como padre. Amamantar es lo único que sólo ella puede hacer. Los hombres apoyan a la madre con distintas tareas cotidianas como lo son: cocinar, limpiar, entretener al bebé, abrazarlo y jugar con él.
Hay que tener en cuenta que estas labores no se limiten solo al bebé. El hombre es un compañero que se convierte en un apoyo emocional para la mujer. ¡La primera semana será un reto suficiente para los dos!
Sosteniendo la maternidad
Cuidar un bebé no es solamente alimentarlo con leche materna o prepararle un complementario. Es también el apoyo emocional, convivir e interactuar con él hacen que el vínculo entre padre e hijo se fortalezca aún más. Esto causa una sensación de confort y bienestar en la madre que termina impactando la vida del bebé.
La función del padre cambia a medida que los bebés crecen. Pasa de ser un protector, a ser un ejemplo y un compañero. Cabe mencionar que tanto la madre como el padre trabajan juntos para el bienestar del hogar.

